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INTROMISIÓN

Tras un rato de peripecias y viajes, de intenciones dibujadas y valiosas amistades sale el fanzine de los comunes invisibles. Debemos decir que en este largo y rico caminar han cruzado muchas personas algunas de las cuales han enloquecido totalmente y otras tantas han tomado rumbos imprevisibles.

Como lo hemos dicho antes somos una comunidad invisible y accionamos desde múltiples frentes. Estamos en todos lados tejiendo emociones, vértigos, y suscitando en los días cotidianos motivos para vivir con la piel chinita. No queremos otra cosa más que vivir con intensidad. Esa es nuestra consigna primera. Nuestra escritura son nuestros pasos mismos, cada una de nuestras sensaciones.

Por eso nuestro grito de queremos fumar en paz, por eso decimos fuera la intromisión cerda, por eso maldecimos la estúpida guerra que dificulta con sus balas nuestro libre andar. Amamos la poesía, la que se vive desde unx, la música que nos mueve a bailar y nos hace sentir en el pulso las agitaciones de nuestra lengua y nuestro cuerpo todo. Es la calle nuestro principal escenario y en ella nos desplazamos como pancho por su casa.

Empezamos esta aventura editorial con un tema harto pertinente en estas circustancias que vivimos. Cuerpo, ciudad, violencia. En qué desmadre estamos metidos. Basta salir un poco de la prisión del hogar para palpar la bestia que se conguja en esta tríada sobre la cual gira este número cero. Los periódicos apenas y atestiguan la salvaje realidad que padecemos. Ésta que puede sentirse en una caminata por la ciudad, en el miedo transeúnte que se refleja en las miradas de los peatones.

Después de todo estamos generando formas nuevas de convivencia. Estamos aprendiendo a cohabitar con la bestia y luchamos de mil maneras para sentirnos felices pese a toda la cruda crueldad que nos rodea. Sean todxs bienvenidxs y seamos todxs propagación viva de modos singulares de vivir.

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